Entre espaldas sedientas de besos renace la figura que quiero escuchar...
Entre latidos bajos y anhelados de espasmos que corroen un despertar nublado, somnífero, apaciguado de fuegos que en ceniza gritan su eterno descanso...
Se abre la puerta de a poco para dejar que entre el hálito que dejamos encerrado en nuestras manos, tan empuñadas en lo alto de una blasfemia cubierta de besos; huían de tu boca para llorar junto a la mía.
Te llamo renacer, contigo crecen las nubes de tanto elevarme y me envidian por querer ser más, por querer volar, pero despierto y me doy cuenta que solo es un sueño... y te veo indenfenso a mi lado.
30 marzo 2009
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