Es el efecto del temor que has aninado dentro de tus ojos,
tus lágrimas empañan el sabor de las mañanas y el día se convierte en un peso más,
tus sueños se humedecieron con el amargo sabor del despertar, arrancaste de todo para poder esperar lo mejor, dejarlo para el final, pero solamente oíste el tiriteo de las campanas que anunciaron tu hora: la hora de romper con la rutina, para dejar que el corazón bombeara más sangre que lo normal... huye antes que venga la noche, espanta los dolores de un amanecer que no llega, y sacúdete ese polvo de vida que te está ahogando, porque si quieres estar así, es porque tú lo has querido...
07 abril 2010
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