Estado de mantenimiento decorado por la falla momentánea de la mente... En realidad lo acabo de inventar, así creo que se puede definir; no le hallo explicación objetiva ni diccionarios que refuten mi pensamiento. He ahí el fondo de esto.
Amas por inercia aquello que deciende del infierno para amarrarlo a tus pupilas que se excitan con el vaivén de un recuerdo; de una mirada oblicua, de un cabello al viento, de unas llagas que con un grito blanco agujetean feroces en tus íntimos deseos, inercia; belleza; adoración.
Luego que devoras con la mirada atacas con la lengua de cúspide absoluta, ingenua de sus hallazgos pero sedienta de atorarse con los poros más tiernos; es su idiosincrasia marcada con lágrimas de saliva ardiente; marchitada pero aún ruge al sonar de tus dedos...
Si eres tan inerte te conmueves con el aroma de la nada, y si nado puedo mojar mis lamentos en la copa de las ilusiones que se quiebra ahora; porque esto es solo un segundo de vida; un segundo en el cual miras, observas e inertemente AMAS.
14 marzo 2009
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