Soy la voz que escucha aunque no quieras mirar...
Soy las noches en vela que pasaste indagando entre mis más suaves estrellas...
No estás, no sabes estar presente, pero déjame enseñarte a recordar con una gota de paciencia; previamente ensuciada con libido permanente...
Regurgita los antiguos versos que se escaparon de las sábanas de tus mañanas inciertas.
Habla, escupe sangre envuelta en venas, en vida; en sentir la fluidez del tiempo.
22 abril 2009
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